domingo, 24 de febrero de 2013

EL CALLEJÓN DEL DIABLO- Leyenda Mexicana 

 

 Hasta hace algunos años existía, a corta distancia de lo que hoy es el centro de la ciudad, una estrecha callejuela conocida con el nombre de Callejón del Diablo. La citada vía, consistía en un pasadizo sombrío bordeado de árboles frondosos y atravesaba un paraje solitario en el que, a modo de vivienda, se descubría una casucha paupérrima habitada por un tísico. Ya sea por el enfermo, por el nombre del callejón o quizá por su lobreguez, el hecho es que poca gente se aventuraba de día por esa ruta; y quien la utilizaba, procuraba salvar su recorrido apresuradamente. Naturalmente, de noche únicamente los temerarios se atrevían a cruzar la tal callejuela; teniendo para ello que valerse de todos sus sentidos, pues después del ocaso reinaba allí una profunda oscuridad. En cierta ocasión, uno de aquellos bravos que son capaces de tragarse el propio diablo volvía a casa, luego de una sabrosa plática con sus compañeros de la ritual tertulia nocturna. Se internó en el callejón y, hallándose casi a mitad del camino, acertó a vislumbrar una figura que se apoyaba en el tronco de uno de los árboles mencionados. Tuvo un ligero sobresalto, pero inmediatamente se recuperó y mustió para sus adentros: -¿Con que forajidos a mí, eh? ¡Ahora verás!-. Y empuñando las manos, se dirigió resueltamente hacia el sujeto. Ya se encontraba a unos metros del individuo cuando, de pronto, se iluminó la escena y surgió ante los ojos del valiente un ser horrendo que reía malignamente. El noctámbulo sintió que la tierra se hundía bajo sus plantas; pero, acicateado por su instinto de conservación, en lugar de desmayarse se puso pies en polvorosa, logrando así evadirse de una segura desgracia. La noticia de que el callejón de marras se aparecía el demonio cundió entre la población y, a consecuencia del incidente ocurrido al trasnochador de la historia, se dio a conocer que otras personas ya habían sido asustadas por el monstruoso espectro. Y, si regularmente el callejón era escasamente transitado en las noches, al comprobarse que Lucifer se había establecido en él, ya nadie osaba ni por equivocación usar este camino después de ocultarse el sol.

Experiencias cercanas a la muerte, ¿algo fisiológico o sobrenatural?



¿El túnel y la luz son el sendero entre la vida y la muerte?
La mayoría de las personas que han pasado por esta situación describen sobre todo 2 cosas. Una luz al final de un túnel y una sensación similar a flotar sobre el propio cuerpo.
Un equipo médico ha tratado de dar sentido científico a estas señales.
Esas visiones en el umbral de la muerte son algo más que conocido por miles de testimonios de los que han vuelto a la vida tras una muerte clínica, e incluso el cine y la literatura nos ha traído esas imágenes, y hay miles de foros donde la gente cuenta sus experiencias, pero la pregunta es: ¿si estas visiones no fueran el umbral del cielo o la muerte y fuera un simple mecanismo de respuesta físico?
Para ello, analizaron los casos de 52 personas que habían sufrido un ataque cardíaco, de los cuales 11 habían experimentado estas percepciones (experiencias cercanas a la muerte o ECM)
En casi todas estas dos características aparecían:

1. Flotan sobre su cuerpo físico, observando todo el acontecimiento y perciben que poseen otro cuerpo. Suelen presenciar su cuerpo inerte en la cama o quirófano. Escuchan y ven cómo se les declara fallecidos.
2. Se van elevando y atraviesan por un oscuro túnel. A veces es un movimiento por una escalera o un vacío oscuro, el cual se traviesa con relativa rapidez y muchas veces con la sensación de estar flotando.
Pero, ¿Por qué se ve una luz al final de un túnel o se experimenta alegría?
La conclusión fue en que en estos casos de ECM suele darse un denominador común: un aumento de dióxido de carbono en la sangre que es provocado por el paro cardíaco. La privación de oxígeno también fue determinada como otra de las causas de las ECM. La falta de oxígeno en el cerebro podría ser la causante de estas experiencias. Otros estudios añaden también otras causas: aumento de dióxido de carbono en sangre y la anoxia.
Pero la verdad es que no se descarta que ese túnel se vea por efecto del subconsciente: “Hay que seguir estudiando este tipo de casos, todavía estamos en el comienzo”
Algunos explicaban la experiencias de este tipo, tales como una euforia desmesurada o caminar hacia una luz al final de un túnel eran síntomas típicos de la falta de oxígeno en el cerebro.
En lo referente al dióxido de carbono sí existen estudios donde se relaciona la inhalación de dióxido de carbono en mayores cantidades a lo habitual (como por ejemplo en lugares de gran altitud) con alucinaciones muy semejantes a las descritas por los que han vivido una E.C.M.
Pero mientras la ciencia sigue intentando dar sentido a este tipo de visiones en el umbral de la muerte, sigue abierto el debate, ¿estas visiones son fruto de algo fisiológico o de algo sobrenatural? Quizás algún día tengamos las verdaderas respuestas.

sábado, 23 de febrero de 2013